Durante muchos años os he hablado de que la lavandera blanca es uno de mis dos pájaros favoritos (el otro es el estornino negro), ambos pájaros representan la llegada del invierno, y cuando los escuchamos cantar, y los vemos una por el suelo buscando bichitos y meneando su colita, y el otro en los tejados cantando, silvando y gorgojeando, es que llega el invierno, el frío, la lluvia o la nieve. Llevo días escuchando una lavandera blanca en el jardín, por las tardes mientras hago yoga, o cuando ando por aquí haciendo cosas, y pensando "algo barrunta ese canto de invierno", y la conclusión ha sido una tromba de agua brutal que ha caído esta noche, parecía que se iba a acabar el mundo, la llegada de las aguas que han llenado ríos y lagunas, y que han hecho liderar a esta zona de Huelva en los rankings de precipitaciones caídas en todo el país esta noche. Y aunque ya os he escrito otras veces por aquí, en mis otros blogs o en mis redes sociales sobre la lavandera, hoy os dejo un poema de Afán de Ribera que habla sobre ella y que es precioso:
«“Pajarita de las nieves”
de los fríos mensajera,
que en los hielos del arroyo
sin temores jugueteas,
y en los surcos que la escarcha
endurece como piedra,
con tu pico agudo buscas
la semilla de la siembra;
bajo tu leve plumaje
has de tener una hoguera,
cuando resistes ufana
del invierno la inclemencia.
Te miro moverte a saltos
al borde de las acequias,
por eso el vulgo te llama
“nevatilla” o “lavandera”.
Tú no sabes que produce
tu alegría, en mí, tristeza,
recordando las venturas
que gocé en la primavera.
Ya los árboles sin hojas
grata sombra no me prestan,
ni el amante ruiseñor
trinos lanza en la arboleda.
Ese viento embravecido
eco fúnebre asemeja,
y los copos de la nieve
el sudario representan.
De entre un cielo tormentoso
sol con nubes no calienta,
y la lluvia con su ruido
cual las noches me desvela.
Si del tallo quiere alzarse
atrevida la violeta,
una gota de rocío
al helarla, me la quema.
Pajarita del invierno,
huye donde no te vea,
y torne la golondrina,
mi amiga, mi compañera.
En un ángulo, en la torre,
allí su nido conserva;
lo guardo como reliquia,
tal vez no viva a su vuelta.
Tú a mi corazón helado,
ninguna ilusión le llegas,
sólo esperanza, si huyes,
de que otra estación se acerca.
Pajarita de las nieves,
yo celebro tu belleza;
mas si está blanco el cabello,
llama ardiente se desea»
(Afán de Ribera, 1899: 568).
Obviamente, viviendo en Andalucía no opino igual que él, para mi la lavandera trae esperanza de que se vayan los calores agobiantes, de que vengan los días en que dormimos bien, de lluvia, de frescor. También está bien que llegue la golondria, pues claro, la primavera me encanta, pero este clima fresco da mucha paz.
Espero que os haya gustado mucho.
Es una entrada de Dandelion La Bruja Verde.
Me encantan las lavanderas, son muy graciosas. Gracias por compartir un poco de cultura literaria.
ResponderEliminar