Defendiendo a los que cabalgan sobre la cerca

Sigo reflexionando, creo que tengo un fin de semana reflexivo. Me estoy dando cuenta de que tiendo a defender mucho a los que “cabalgan sobre la cerca”. Y es que una de las cosas que no he podido entender todos estos años, es que toda esa masa creciente de Brujos que ansía, eso, ser Brujos, se meta con nosotros. Y al ver en los mensajes que recibo que hay tanta, tantísima gente, con esa sensibilidad, todos igual, todos un mismo perfil, personas que son sensibles, que ven o sienten energías, o incluso podrían ser espíritus, que pueden ver o presentir el futuro, en sueños premonitorios, en ciertas premoniciones o en presentimientos….
Esas personas son las que realmente cabalgan sobre el cerco, que reciben espontáneamente esta lucidez, esta información, sin saber por qué, sin poder controlarlo ni hacerlo a su antojo, pero ¿no es eso siempre lo que ha diferenciado a los brujos de los no brujos? Lo que ha hecho que nos teman, y lo que ha hecho llorar a los brujos que no quieren este don por qué les da miedo. Y si tenemos esto, por suerte, o para algunos por desgracia (aunque yo no lo comparto), ¿Por qué tenemos que aguantar que esa naciente y creciente masa de personas deseosas de ser brujos nos insulten, porque ellos no son sensibles. Y sabéis demás, que para ellos este deseo pasará y, o se volverán fervientes cristianos o se interesarán por otra cosa. Y nosotros seguiremos unidos a esto queramos o no. Pero nosotros tenemos que sentirnos orgullosos y seguir recorriendo nuestro camino siendo, como yo digo desde pequeñita “brujos de sangre” ya que es algo que en mi caso es total y extensamente heredado por mi familia, e imagino que en los demás también será una herencia.

P.D: muy importante por favor, como digo mil veces, no hay que confundir esto, con la excesiva imaginación de los que se creen sirenas psíquicas, hombres lobos psíquicos, piroquinéticos, etc. Para algo os he puesto, como he dicho, un perfil de lo que suelo ver que son la personas que cabalgan sobre el cerco, ya que parece que todos tenemos una sensibilidad común.