Esta entrada la publiqué originalmente el 25 de Octubre de 2016 en mi blog IsaLot, pero he querido que también esté aquí: El mindfulness es una filosofía de vida basada en actividades que implican la relajación y una vida mucho más tranquila, atendiendo de este modo no solo a la salud del cuerpo, sino a la a menudo descuidada salud de la mente. Para ello en principio parte de la meditación, sobre todo de la Atención Plena o Mindfulness, pero con el paso del tiempo ha ido incluyendo otras actividades meditativas que también pueden ayudar a conseguir la relajación, muchas de estas actividades han sido recogidas de distintas culturas y religiones, pero el mindfulness no tiene nada que ver con la religión, no está apegado a ningún culto, tradición ni religión concreta, solo coge lo mejor de cada una y lo que puede causar una mejor salud y bienestar para el ser humano, convirtiendo cosas como la meditación y el yoga, casi en una especie de patrimonio de la humanidad, más allá de la cultura y religión de la que son originarios.
Tampoco tiene nada que ver con creencias de otra índole como la vida después de la muerte, los espíritus o fenómenos extraños, el karma, el ying-yang, etc. Está completamente desapegado de cualquier creencia, por ello hay psicólogos y psicoterapeutas que usan el mindfulness como terapia.
Las personas que practican el mindfulness tienen muy claro que necesitan más tranquilidad en su vida, que necesitan más silencio, más ratos ociosos en los que su mente pueda parar y no estar con la continua cháchara mental agotadora, ya que actualmente, con el ritmo de vida que llevamos, la mente es un hervidero frenético de ideas. Si no se para esta actividad tan agotadora de la mente las personas llegan a tener problemas como estrés, ansiedad o depresión (y personalmente yo también añadiría la hiperactividad).
También se considera importante no vivir en el pasado, sino vivir en el presente y trabajar para conseguir un futuro mejor. Hay que intentar no pensar en las críticas que nos hacen otros o nos hacemos nosotros mismos, y hay que dejar atrás las experiencias negativas, y lo que hicimos mal, porque hay que trabajar en el presente, en lo que somos ahora.
Para conseguir esta paz mental se realizan diversas actividades cómo:
La meditación (tanto la tradicional como la atención plena).
Escuchar música relajante, también terapia musical.
Tocar y escuchar el cuenco tibetano, también sirve con una campana.
Uso de mantras o respiración combinada con mantras (respiración de la abeja, pronunciando la letra M al exhalar).
Con el paso del tiempo, el mindfulness se ha convertido no solo en una actividad necesaria para nuestro ritmo de vida en el siglo XXI, sino también en una filosofía de vida, así que las personas que lo practican también suelen desarrollar otras actividades que ayudan a mejorar esta filosofía de vida y a conseguir los mismos resultados:
Practicar yoga
Rodearse de objetos y ambientes que traigan la calma
Intentar ser más minimalista
Mantener un mayor contacto con la naturaleza.
Realizar actividades artísticas que nos mantengan alejados de las preocupaciones por un rato, cómo dibujar mandalas, el zentangle art, pintar, dibujar, colorear libros para adultos, etc.
Realizar actividades con cristales (es decir, cuarzos y otras gemas).
Vigilar lo que comemos, incluyendo más vegetales, frutas y semillas, para una mejor salud.
Espero que esta entrada te haya ayudado a entender qué es el mindfulness, tanto el concepto en sí, como la filosofía de vida que se ha desarrollado a partir de ella.
Es un texto original de Gudrun Áfardottir, todos los derechos reservados.
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