Hoy os dejo aquí un texto importante de la tradición wiccana, la carga del Dios.
Escucha las palabras del gran
Dios cornudo, guardián de todas las cosas salvajes y libres, el encargado de
las puertas de la muerte, el que todo llamado debe contestar.
Yo soy el fuego en tu corazón, el
deseo vivo de tu alma. Soy el cazador del conocimiento, el investigador de la búsqueda
divina. Yo soy quién mantengo en la oscuridad, la luz. Soy a quien han llamado
en la muerte, soy el consorte y el compañero de aquella a quien adoramos.
Atento a mi llamada, ven a mí,
aprende los secretos de la muerte, el renacimiento y la paz. Yo soy el maíz en
la cosecha, la fruta en los árboles, soy quien te conduce al hogar; flagelación
y pasión, espada y sangre son mis regalos para ti.
Llámame en el bosque salvaje y en
lo alto de la colina, búscame en la intensa oscuridad. Yo quién he sido
llamado, Pan, Herne, Osiris, Hades, hablaré contigo en tu búsqueda. Ven danza,
canta, vive y sonríe, mira que esta es mi adoración.
Tu eres mi niño, yo soy tu padre.
En las alas rápidas de la noche yo soy quien pone los pies en la gran madre
para renacer y volver otra vez.
Tú que piensas buscarme, sabes
que soy el indomable viento, la furia de la tormenta y la pasión de tu alma.
Búscame con orgullo y humildad, pero mejor que sea con amor y fuerza.
Para esto está mi trayectoria, no
amo al débil y al temeroso. Escucha mi llamada en las largas noches del
invierno y estaremos juntos guardando a la tierra cuando esta duerma.
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